domingo, 30 de septiembre de 2012

El 30 de septiembre en nuestra memoria


30 de septiembre, 1980:
1.            El 30 de septiembre de 1980, en la aldea de Cajolá Chiquito, municipio de Cajolá, departamento de Quetzaltenango, miembros del Ejército de Guatemala, acompañados de miembros de la Policía Nacional de Cajolá, ejecutaron a Marcelo Lucas y a su hijo Eulalio Lucas, quien para defender a su padre, mató con un machete a un soldado.
2.            El 30 de septiembre de 1980, en el municipio de Cajolá, departamento de Quetzaltenango, miembros de la Policía Nacional y comisionados militares, junto a otras personas que vestían uniformes verdes, capturaron a Cruz Huinil Jimenez. Su cadáver se encontró al día siguiente con señales inequívocas de tortura.

30 de septiembre, 1981:
1.            El 30 de septiembre de 1981, en la carretera que conduce de Nueva Concepción a Palestina de Los Altos, departamento de Quetzaltenango, presuntos miembros del Ejército de Guatemala interceptaron el paso y capturaron a Osmán Romeo Escobar Escobar y Juan Ramón Escobar Díaz, quienes iban en una moto que apareció días mas tarde en una casa particular, donde la habían dejado recomendada los soldados. Desde ese hecho, nadie volvió a saber más de las víctimas.
2.            El 30 de septiembre de 1981, en la aldea Xix, municipio de Chajul, departamento de Quiché, Gilberto Itzep Itzep fue capturado y torturado por miembros del Ejército de Guatemala asignados al destacamento de la finca La Perla. Posteriormente, el 15 de enero de 1982, en la aldea Sotzil, municipio de Chajul, departamento de Quiché, miembros del Ejército de Guatemala asignados al destacamento de la finca La Perla, capturaron a Gilberto Itzep Itsep. No se volvió a saber de él.
3.            El 30 de septiembre de 1981, Vicente Ceto Guzmán fue ejecutado por un escuadrón de la muerte en el caserío Xajal, aldea Tzalbal, municipio de Nebaj, departamento de Quiché. Vicente fue testigo de la ejecución de dos personas ejecutadas a manos del mismo escuadrón.

30 de septiembre, 1982:
1.            El 30 de septiembre de 1982, en la aldea Chipastor, municipio de San Martín Jilotepeque, departamento de Chimaltenango, miembros de las PAC de la aldea Las Escobas del mismo municipio capturaron a Santiago Chavix Chavix y a sus dos hijos Porfirio Chavix y Eduardo Chavix. Desde entonces se desconoce el paradero de las víctimas.
2.            El 30 de septiembre de 1982, Elías Antonio Chitay fue capturado por miembros de las PAC en la aldea Chipastor, municipio de San Martín Jilotepeque, departamento de Chimaltenango. No se ha vuelto a saber de él.
3.            El 30 de septiembre de 1982, en la comunidad de Las Viñas, municipio de Dolores, departamento de Petén, cinco miembros de la G-2, capturaron a Juan Hernández Mencos y José Elíseo García, en medio de la noche en su casa. Desde entonces se desconoce el paradero de las víctimas.
4.            El 30 de septiembre de 1982, en el caserío Xoljuyub, municipio de San Pedro Jocopilas, departamento de Quiché, un hombre de habla k’iche’ llegó a traer a su casa a Lorenzo Ixcoy Pérez, a quien condujo al caserío Chitucur del mismo municipio, donde presuntos patrulleros civiles lo ejecutaron por medio del degollamiento. La víctima se encuentra enterrada en el camposanto de San Pedro Jocopilas.

30 de septiembre, 1991:
El 30 de septiembre de 1991, en las montañas que rodean la comunidad de Cimientitos, aldea Cimientos, municipio de Chajul, departamento de Quiché, murieron Simeona Sajbín García y su hijo recién nacido. La víctima estaba a punto de dar a luz, cuando miembros del Ejército de Guatemala localizaron el lugar donde estaba asentada la comunidad, y la población tuvo que huir y dejar a la víctima escondida. Al día siguiente, los encontraron muertos a ella y a su hijo recién nacido.   

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.

sábado, 29 de septiembre de 2012

El 29 de septiembre en nuestra memoria


29 de septiembre, 1965:
El 29 de septiembre de 1965, en el caserío Zarzamora, aldea Guayabillas, municipio de Jocotán, departamento de Chiquimula, miembros del Ejército de Guatemala capturaron a Arnulfo López Díaz, Lorenzo López García, Lorenzo López Ramírez, Julián Ramírez de León y Aliseos Suchité Ramírez. Posteriormente, las víctimas fueron ejecutadas en La Laguna, municipio de Jocotán, departamento de Chiquimula. Víctimas identificadas: Arnulfo Lopez Diaz, Lorenzo Lopez Garcia, Lorenzo Lopez Ramirez, Julián Ramirez de Leon, Aliseos Suchite Ramirez.

29 de septiembre, 1971:
El 29 de septiembre de 1971, en la cabecera municipal de Dolores, departamento de Petén, miembros del Ejército de Guatemala capturaron a Justo Francisco Huinil Corzo quien había sido candidato a Alcalde por la Democracia Cristiana, tres años antes. Desde entonces no se ha vuelto a saber de él.

29 de septiembre, 1979:
El 29 de septiembre de 1979, en la finca El Naranjo, caserío El Naranjo, municipio de La Libertad, departamento de Petén, presuntos miembros del Ejército de Guatemala, capturaron, torturaron y ejecutaron a Werner Kohler Bandhauer, de nacionalidad alemana, y a Pedro Valerio, de nacionalidad austríaca. Esa misma noche, los mismos hechores hirieron a Ovidio Orellana Zacarías, quien fue llevado al Hospital de Santa Elena y, desde entonces, nadie volvió a saber de él. Con posterioridad a estos hechos, la familia Kohler sufrió constantes amenazas por parte de efectivos militares, con el propósito de que abandonaran la finca.

29 de septiembre, 1980:
El 29 de septiembre de 1980, en el municipio de San Antonio Aguas Calientes, departamento de Sacatepéquez, miembros de la Policía Nacional y de la G-2 capturaron a Axel Carmona, Martín López e Hilario Santos López. Las víctimas estuvieron en la oficina de la Policía Nacional de Antigua Guatemala y posteriormente trasladados a las instalaciones de la Policía Nacional en la ciudad de Guatemala. Finalmente los llevaron al cuartel de la G-2. Permanecieron detenidos durante diecisiete días, tiempo en el cual fueron torturados.

29 de septiembre, 1981:
1.            El 29 de septiembre de 1981, en el cantón Tzanjay, municipio de San Pedro La Laguna, departamento de Sololá, alguaciles municipales bajo las órdenes del comisionado militar de San Pedro, capturaron a Pedro Chavajay Chavajay, quien tenía 20 años. Lo retuvieron en la cárcel municipal de San Pedro por una noche, y al día siguiente fue conducido a Sololá bajo la custodia de miembros de la Guardia de Hacienda. El 7 de octubre, fue localizado el cadáver de la víctima, quien había sido cruelmente torturada, dentro de un costal en la carretera que conduce al municipio de Coatepeque, departamento de Quetzaltenango.
2.            El 29 de septiembre de 1981, en la aldea Pueblo Nuevo, municipio de Tajumulco, departamento de San Marcos, miembros del Ejército de Guatemala, asignados al destacamento del municipio de Malacatán, ejecutaron a Francisco Hernández López, quién era comisionado militar. También capturaron a otras personas, y las amarraron frente a la Alcaldía Auxiliar de la aldea. Una de estas personas, identificada como Benjamín Morales Chilel, fue ejecutado por los soldados y su cadáver fue localizado en las cercanías del lugar.

29 de septiembre, 1982:
1.            El 29 de septiembre de 1982, en la aldea Xepac, municipio de Tecpán Guatemala, departamento de Chimaltenango, miembros del Ejército de Guatemala ejecutaron a seis integrantes de la familia Yaní. Posteriormente, los soldados incendiaron la vivienda con las víctimas en el interior. Víctimas identificadas: Jordan Vaquin, Carmen Vicente, Augusto Yani, Avelino Yani, Gilberto Yani, Jacinto Yani.
2.            El 29 de septiembre de 1982, en la ciudad de Guatemala, presuntos miembros del Ejército, que se movilizaban en una panel blanca capturaron a Mario Alberto de León Arango. Hasta la fecha se desconoce el paradero de la víctima.
3.            El 29 de septiembre de 1982, en la zona 13 de la ciudad capital de Guatemala, miembros de la Dirección de Investigaciones Técnicas de la Policía Nacional capturaron a Carlos Humberto Blanco Gelista, quien era estudiante de la USAC y presunto colaborador de la guerrilla. No se volvió a saber de él. Tres meses más tarde, José Marco Lara Gelista, hermano de Carlos Humberto, fue capturado en el aeropuerto La Aurora por miembros de la Dirección de Investigaciones Técnicas de la Policía Nacional y trasladado a las instalaciones de dicha Dirección, en donde fue torturado por cuatro horas y posteriormente dejado en libertad. José Marco abandonó el país.
4.            El 29 de septiembre de 1982, en la ciudad de Quetzaltenango, hombres armados, ejecutaron en su despacho a Raúl Romero Rodríguez Arango, quien era director del CUNOC. Anteriormente a su muerte, la víctima había sufrido constantes amenazas y estuvo un tiempo exiliado en Chile. 

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.

viernes, 28 de septiembre de 2012

El 28 de septiembre en nuestra memoria


28 de septiembre, 1980:
El 28 de septiembre de 1980, miembros del Ejército de Guatemala llegaron a la aldea Tzalbal, municipio de Nebaj, departamento de Quiché, iban en busca de una persona, a quien no encontraron, pero capturaron a sus hijos Diego y Margarita de apellidos Guzmán Santiago y a Pablo Bernal. El cadáver de Margarita Guzmán Santiago fue encontrado nueve días después de su captura en Xajal, aldea Tzalbal. De las otras dos víctimas no se volvió a saber.

28 de septiembre, 1981:
1.            La CEH arribó a la convicción de que, entre el 28 de septiembre y el 1 de octubre de 1981, efectivos del Ejército violaron sexualmente a dos mujeres, ejecutaron arbitrariamente a una persona y torturaron y ejecutaron arbitrariamente a 19 hombres de Coyá, en violación de sus derechos a la vida y la integridad personal. http://raulfigueroasarti.blogspot.com/2012/07/bombardeo-y-masacre-en-coya-san-miguel.html 
2.            28 de septiembre de 1981: La CEH llegó a la convicción de que, en los hechos investigados, pobladores inermes de la aldea La Llorona fueron ejecutados por civiles y por comisionados militares. La participación de estos últimos elementos, colaboradores institucionales del Ejército de Guatemala, así como la presencia, aquiescencia y protección que los soldados prestaron a los autores de las ejecuciones, permite concluir que los hechos constituyeron una violación del derecho a la vida. http://raulfigueroasarti.blogspot.com/2012/09/masacre-en-la-aldea-la-llorona-el-estor.html 

28 de septiembre, 1982:
1.            El 28 de septiembre de 1982, en la cabecera municipal de San Martín Jilotepeque, departamento de Chimaltenango, miembros del Ejército de Guatemala golpearon y capturaron a Gabriel Coc Bal, quien era catequista. Posteriormente, los soldados trasladaron a la víctima al gimnasio, que se utilizaba como destacamento. No se tuvo noticias sobre su paradero. En 1997, fecha en que se realizó una exhumación en el caserío Los Tablones, se identificó el cadáver de Gabriel Coc Bal.
2.            El 28 de septiembre de 1982, en la finca El Rosario Canajal, municipio de San Martín Jilotepeque, departamento de Chimaltenango, los hermanos Gabriel y Lión Jiatz Par salieron de su domicilio para realizar una llamada telefónica y nunca regresaron. Desde entonces nadie volvió a saber más del paradero de estas personas.
3.            El 28 de septiembre de 1982, en la ciudad de Guatemala, miembros de la G-2 capturaron a siete militantes de las FAR, quienes habían sido delatados por una compañera a la que el día anterior, miembros del Ejército habían capturado y torturado. Desde esos hechos, nadie volvió a saber más del paradero de ninguna de las víctimas.
4.            El 28 de septiembre de 1982, en la aldea El Pajal, municipio de San Antonio Huista, departamento de Huehuetenango, miembros del EGP ejecutaron a Pedro Méndez Jiménez y a Francisco Alvarado, quienes eran miembros de las PAC de dicha aldea. Al día siguiente, estos mismos responsables ejecutaron a Eduardo Carrillo Herrera, quien era originario de la aldea Coyegual del mismo municipio. Antes de estos hechos, se registró un enfrentamiento armado entre soldados y patrulleros con fuerzas militares del EGP, en el cual perdió la vida un guerrillero.
5.            El 28 de septiembre de 1982, en el cantón de Chuacanté, municipio de San Pedro La Laguna, departamento de Sololá, comisionados militares capturaron a Santos Méndez Chavajay, quien era comisario municipal. Desde entonces, nadie volvió a saber más del paradero de la víctima.

28 de septiembre, 1983:
1.            La CEH, estudiados los antecedentes del caso, llegó a la convicción de que el Ejército atentó contra el derecho a la vida, la integridad física y la libertad de los pobladores de la aldea La Victoria, generando así la responsabilidad estatal por tales violaciones. En particular, el Estado de Guatemala es responsable por las torturas y la desaparición forzada de cuatro campesinos el 28 de septiembre de 1983, por la detención ilegal y posibles torturas de cinco campesinos el 11 de octubre del mismo año, de los cuales tres desaparecieron, por la detención arbitraria y trato inhumano dado a 20 vecinos de la misma comunidad el 13 de octubre de 1983, y por igual tratamiento dado a seis personas más el día 3 de noviembre de 1983. Además, por la detención ilegal y posibles torturas a que fueron sometidos los miembros de la ORPA que fueron utilizados por el Ejército para delatar a supuestos colaboradores de la guerrilla. http://raulfigueroasarti.blogspot.com/2012/09/represion-selectiva-en-la-aldea-la.html
2.            El 28 de septiembre de 1983, en Macalajau, municipio de Uspantán, departamento de Quiché, miembros del Ejército de Guatemala, destacados en la escuela de la localidad, capturaron a Tomás Reynoso Chipel y lo torturaron. A partir de ese momento no se volvió a saber de él. 

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.

Represión selectiva en la aldea La Victoria, San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango


Caso ilustrativo No. 25
Represión selectiva en la aldea La Victoria, San Juan Ostuncalco, Quetzaltenango

“Estando debidamente enterado de la AMNISTIA … por este acto, libre y espontáneamente (sic) manifiesta su deseo de acogerse a los beneficios de la misma … el presentado BAJO JURAMENTO se compromete solemnemente a partir de la fecha y en lo futuro, a no cometer ninguna clase de delitos POLITICOS y COMUNES CONEXOS … ni a participar en actividades subversiva (sic) de ninguna especie … en virtud de lo manifestado … el comandante de la zona militar … manifiesta que respetará la integridad física y libertad del presentado y esta última se hace efectiva [queda libre] en este mismo acto”.

I. ANTECEDENTES
La Victoria es una aldea ubicada en el municipio de San Juan Ostuncalco, departamento de Quetzaltenango, habitada por población maya mam. A partir de 1979 la Organización del Pueblo en Armas (ORPA) realizó trabajo organizativo en algunas aldeas del departamento, entre otras La Victoria, y varios pobladores decidieron integrarse a sus filas. La relación entre la ORPA y sus colaboradores se desarrolló en la clandestinidad.
Cuando el Ejército quiso conocer los nombres de las personas de las comunidades que participaban en la organización, tuvo que recurrir a delatores. Muchas veces, eran personas del mismo grupo guerrillero que, después de haber sido detenidos de forma ilegal y al parecer torturados por el Ejército, participaban en los operativos de éste último y denunciaban a los miembros de la ORPA de las diferentes aldeas.

II. LA DELACIÓN Y LA REPRESIÓN SELECTIVA
En agosto de 1983, Lucía Carreto Méndez, de 18 años, y Jesusa Méndez Díaz, de 17 años, guerrilleras originarias de La Victoria, vestidas con sus uniformes verde olivo, bajaron de la montaña hacia la cabecera municipal de Colomba. Mientras tomaban unos refrescos pasó un camión militar. Al verlo, las guerrilleras intentaron escapar, pero fueron detenidas por los soldados.
Días más tarde, en la madrugada, dos miembros de la ORPA pasaron por La Victoria, para avisar a unos colaboradores sobre la captura de las dos guerrilleras y sobre la posibilidad de que probablemente el Ejército llegara de un momento a otro a la comunidad. Ante la advertencia, entre seis y ocho personas se fueron de La Victoria. Partieron de inmediato: unas se dirigieron hacia México y otras a la Capital.
El 28 de septiembre de 1983, de madrugada, unos 60 soldados de la zona militar 17, de la cabecera departamental de Quetzaltenango, llegaron al centro de La Victoria montados en un camión y un jeep. Los acompañaba, encapuchada, Lucía Carreto Méndez. De casa en casa iba señalando a los supuestos militantes civiles de la ORPA. Primero, llegaron a la casa de Francisca Méndez Díaz, golpearon la puerta y cuando el padre abrió, entraron y encontraron a la mujer en su cama. La envolvieron en una chamarra y la detuvieron, sin darle tiempo siquiera para ponerse los zapatos. Los padres intentaron seguir a la hija, pero los soldados los patearon, dejándolos en el suelo.
Luego, pasaron a la casa de Oliverio Leugivildo Castillo López, lo capturaron y le amarraron las manos a la espalda.
Asimismo, llegaron a la casa de Venturo Ortega Romero, que estaba durmiendo con su familia. Cinco hombres entraron a la fuerza al patio de la casa y 10 se quedaron fuera. Preguntaron al señor Ortega por el paradero de su hijo, quien supuestamente era militante de la ORPA. Le amenazaron diciéndole, según un testigo presencial: “Si encontramos a tu hijo, no te vamos a hacer nada a ti”. Al no encontrarlo, prendieron al señor Ortega, mientras un soldado puso una pistola en el pecho de su esposa y la amenazó para que no gritara.
Los soldados pasaron por la casa de Arnulfo Romero López, quien esperaba la llegada de unos vecinos que debían traer una carga de maíz. Cuando escuchó el ruido de los pasos que se acercaban a su residencia, convencido de que se trataba de aquellos vecinos, salió. Pero lo capturaron y le amarraron los brazos hacia atrás.
Los soldados subieron a los cuatro prisioneros en un camión, y partieron hacia Quetzaltenango. Juan Romero, el padre de Arnulfo Romero López, intentó seguirlos en un carro, pero unos soldados lo detuvieron, lo bajaron del carro, y lo patearon, mientras le acusaban de ser guerrillero.
Miembros de la familia Ortega Romero fueron, el mismo día de los hechos a la zona militar 17. Allí aguardaron para obtener información sobre el paradero de Venturo Ortega, pero al tercer día de espera fueron amenazados de muerte y obligados a irse, sin haber obtenido respuesta alguna. A los ocho días, la misma familia decidió abandonar la aldea La Victoria, y se desplazó a Ciudad de Guatemala, desde donde regresó unos ocho años después. La familia de Oliverio Castillo y Castillo, atemorizada por lo acontecido, se refugió en México.
Los capturados fueron desaparecidos.
Dos semanas después, el 11 de octubre de 1983, a las cuatro de la mañana, unos 80 soldados uniformados que llevaban las caras pintadas regresaron a la aldea La Victoria. Pasaron casa por casa anunciando que toda la población debía concentrarse en el campo de fútbol, a la par de la iglesia Menonita, a las nueve de la mañana. El mismo mensaje se repetía por un altoparlante. Algunas personas que intentaron huir hacia la montaña, se dieron cuenta de que otros soldados estaban rodeando la aldea. Poco a poco, los soldados cerraron el círculo para que todos los habitantes de la aldea estuvieran en el campo de fútbol. Ya concentrados, los hicieron formar en fila. Al frente de la iglesia estaban los soldados, tres camiones, algunos jeeps del Ejército y como cuatro personas encapuchadas, vestidas con uniformes militares. Entre estas últimas, se encontraba una vez más Lucía Carreto Méndez, y así también un menor de edad, miembro de la ORPA, que había sido capturado en las cercanías de Colomba.
Un oficial se acercó al altoparlante y dirigiéndose a la población, explicó que el mitin se debía a la presencia de la guerrilla en la aldea y —señalando a los encapuchados— que la captura de los cuatro guerrilleros allí presentes era la prueba.
Después, otro oficial preguntó por el altoparlante: “¿Quién es el dirigente de la guerrilla aquí?”  Pasaron algunos minutos de silencio. Alguien dio el nombre de Elidio Ortega Romero. Después de constatar que éste no se encontraba allí, el oficial ordenó a la población que, en caso de que este dirigente regresara, debían capturarlo y entregarlo al Ejército.
Al cabo de unos momentos, un oficial llamó por el altoparlante a Inés Gómez Ortega, alcalde auxiliar y catequista. Insistió varias veces, afirmando que urgía su presencia. Cuando el requerido se presentó, lo amarraron y lo subieron a uno de los camiones estacionados a las orillas del campo de deporte. Hecho esto, el oficial explicó a la población que el capturado estaba metido en la ORPA y que era necesario alejarlo del pueblo. Semejante escena se repitió con Gregorio Romero Méndez y Cornelio López Castillo.
En esa ocasión, también fueron capturadas otras dos personas. Estos cinco prisioneros fueron llevados en un camión militar, con rumbo desconocido. No se volvió a saber de ellos.
El día 13 de octubre llegaron de nuevo a La Victoria alrededor de 30 soldados. Iban acompañados por dos personas encapuchadas y detuvieron a unos 20 civiles, a los que trasladaron a la zona militar de Quetzaltenango, donde fueron interrogados durante siete días y, más tarde, amnistiados y liberados; para ello se elaboraron actas en que se hacía constar que los beneficiarios se habían “presentado voluntariamente” al comandante de la zona militar 17 y habían sido amnistiados el mismo día de su supuesta presentación (13 de octubre de 1983). En el acta consta que:
“El presentado BAJO JURAMENTO se compromete … a no cometer ninguna clase de delitos POLÍTICOS y COMUNES CONEXOS, tanto como autos (sic), cómplice y encubridor, a no formar parte bajo ningún aspecto de facciones subversivas, ni a participar en actividades subversiva (sic) de ninguna especie”.
Más adelante, el acta de amnistía indica: “El comandante de la zona militar, EN NOMBRE DEL GOBIERNO DE LA REPUBLICA, manifiesta que respetará la integridad física y la libertad del presentado y esta última se hace efectiva (queda libre) en este mismo acto”.
Mientras tanto, la aldea siguió bajo control militar. El 3 de noviembre de 1983, dos semanas después de la liberación de los primeros amnistiados, llegaron otros 30 soldados, siempre acompañados por personas encapuchadas. En esta oportunidad detuvieron a seis personas más. A una de ellas la amarraron y la encerraron en la escuela. Ya reunidos, les ordenaron que se presentaran en la zona militar 17 y les obligaron a jurar ante la bandera, que iban a defender y apoyar a Guatemala. Luego, los interrogaron. Un declarante afirma que los soldados le decían: “Hoy te vamos a matar. Si no dices nada, vamos a colgarte”. A otro le torturaron hasta que admitió haber ido a la montaña una vez, y luego fue trasladado al hospital para ser curado. A esta misma persona los soldados la llevaron a una comunidad donde se estaba realizando un mitin y ahí fue presentado como un “guerrillero herido, capturado en combate”. Los seis detenidos fueron liberados el 10 de noviembre. Todos se autoinculparon, para beneficiarse de la amnistía.

III. CONCLUSIONES
La CEH, estudiados los antecedentes del caso, llegó a la convicción de que el Ejército atentó contra el derecho a la vida, la integridad física y la libertad de los pobladores de la aldea La Victoria, generando así la responsabilidad estatal por tales violaciones. En particular, el Estado de Guatemala es responsable por las torturas y la desaparición forzada de cuatro campesinos el 28 de septiembre de 1983, por la detención ilegal y posibles torturas de cinco campesinos el 11 de octubre del mismo año, de los cuales tres desaparecieron, por la detención arbitraria y trato inhumano dado a 20 vecinos de la misma comunidad el 13 de octubre de 1983, y por igual tratamiento dado a seis personas más el día 3 de noviembre de 1983. Además, por la detención ilegal y posibles torturas a que fueron sometidos los miembros de la ORPA que fueron utilizados por el Ejército para delatar a supuestos colaboradores de la guerrilla.
La CEH concluye, asimismo, que la represión selectiva del Ejército en contra de supuestos guerrilleros, tuvo la intención de castigar ejemplarmente a la comunidad entera. Por otro lado, la práctica de la delación y de la tortura para la obtención de información generó un ambiente de inseguridad y de desconfianza en la población.
La CEH considera además que el caso ilustra las causas por las cuales la población se vio en la necesidad de desplazarse internamente o refugiarse en México.
Por otro lado, los hechos revelan la utilización de la amnistía como arma política por parte del Ejército, alejando a aquélla de su objetivo reconciliador. Como tal, los militares falsearon la realidad presentando capturas ilegales como presentaciones voluntarias y confesiones arrancadas bajo tortura como solicitudes espontáneas de amnistía. El Ejército utilizó el mecanismo de la amnistía para mantener en detención ilegal a supuestos colaboradores de la guerrilla, obtener de éstos información y, posteriormente de otorgado el beneficio, mantener a los amnistiados como colaboradores de la institución.
Finalmente, la CEH considera que el caso ilustra el control que el Estado mantuvo, a través del Ejército, sobre la población civil, manteniendo a ésta en la zozobra por la inminencia de sufrir represalias en caso de no colaborar con la Institución Armada.

LISTADO DE LAS VÍCTIMAS
Desaparición forzada
Arnulfo Romero López
Cornelio López
Francisca Méndez Diaz
Gregorio Romero Méndez
Inés Gómez Romero
Jesusa Romero López
Oliverio Leoguirildo Castillo López
Venturo Ortega Romero

Desaparición forzada, privación de libertad
Lucía Carreto Méndez

Torturas, privación de libertad
Dorotea Gómez
Efectiva Carreto
Fernando Ortega
Inesia Ortega
Isabel Diaz Romero
Luis Marroquín
Matea Gómez
Modesta Marroquín
Pablo Romero
Pantaleón Ortega
Pascual Gómez
Roberto Carreto Romero

Víctimas colectivas/desconocidas: 28

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.

Masacre en la aldea La Llorona El Estor, Izabal


Caso ilustrativo No. 44
Masacre en la aldea La Llorona El Estor, Izabal

“Quedaron manchadas por ser las viudas de los hombres que trajeron esta tristeza a la aldea. Todavía existe este odio entre nosotras. Siempre dicen que somos mujeres de guerrilleros”.

I. ANTECEDENTES
La Llorona, ubicada a unos 18 kilómetros de El Estor, en el departamento de Izabal, es una aldea pequeña, con no más de veinte casas. La mayor parte de sus primeros pobladores llegó de las áreas de Senahú y Panzós, Alta Verapaz. En 1981 la población total era de unas 130 personas, todas pertenecientes a la etnia maya q’eqchi’. Pocos habitantes dominaban el castellano y la mayoría trabaja en su propia milpa; prestaban esporádicos servicios a los finqueros locales. En los alrededores se encuentran las aldeas El Bongo, Socela, Benque, Río Pita, Santa María, Plan Grande y Nueva Esperanza.
En los años setenta y ochenta las comunidades de todas las aldeas, a excepción de Nueva Esperanza, profesaban la religión católica.
En el pasado, las tierras de la región habían sido utilizadas para producir chicle, pero en esos años ya predominaba la actividad ganadera.
Los conflictos en la zona se relacionaban con la tenencia de la tierra, destacando la incertidumbre sobre los límites territoriales entre fincas y comunidades, y la ausencia de títulos de propiedad.
El poder real era ejercido por algunos finqueros. La figura dominante era “Beto” Ponce, miembro de la familia más poderosa del municipio y dueño de la finca Secacou.
Como en el Instituto Nacional de Transformación Agraria (INTA) no existía registrado un legítimo propietario del terreno que ocupaba La Llorona, la comunidad permanecía en la creencia de que la tierra pertenecía al Estado, por lo que, en los años setenta, inició los trámites para obtener el título de propiedad. Sin embargo, según testimonios aportados a la CEH, otro finquero que ejercía gran influencia en la zona ocupó parte del terreno, generándose una situación conflictiva entre él y la comunidad.
Los hombres de la aldea, por iniciativa propia, trazaron un nuevo límite entre los terrenos comunitarios y los del finquero, pero el problema se mantuvo latente.
En las comunidades aledañas a La Llorona no existía opinión uniforme sobre este conflicto. Un testigo afirma: “…La gente de la aldea Benque estaba en favor de los finqueros”. Los pobladores de Benque movieron el mojón que señalaba el límite fijado por los hombres de La Llorona, lo cual desencadenó a su vez una situación de antagonismo entre ambas comunidades.
En la segunda mitad de los años setenta aparecieron las primeras noticias sobre la presencia de la guerrilla en las aldeas. “…Hace 23 años entró Ramón, hablando con la gente. Pasaron a las aldeas, pidiendo comida, al principio dijeron que eran vendedores y compradores de coches. Su líder era un hombre de nombre Don Ramón; él dijo que era del Ejército de los Pobres [EGP]”. Pasó por muchas aldeas preguntando qué problemas tenía la gente y brindándose a solucionarlos. Decía a los campesinos que la tierra pertenecía a los pobres y que no debían confiar en los finqueros.
Ya en 1977, Ramón visitaba con asiduidad la aldea La Llorona y, al constatar que el asunto del terreno estaba causando muchos problemas en la comunidad, reunió a la gente para practicar nuevas mediciones, lo cual hizo que cundiera el temor entre los propietarios agrícolas. “Los de las fincas pensaron que él iba a matar a ellos”.
El temor de los finqueros no era infundado. En 1977 el grupo al mando de Ramón ejecutó arbitrariamente al finquero español José Hernández, cerca de la finca El Recreo, de su propiedad.
A raíz de este hecho, se formó un grupo clandestino, apodado como “Guerrilleros de los Ricos”, para proteger los intereses de los finqueros. Los hombres que trabajaron para este grupo, en el pueblo y en el campo, recibían una paga. Según un declarante: “Los finqueros hicieron un sueldo de 20 quetzales diarios para ir a hacer daño a la gente, pero eran 100 quetzales por matar a la víctima”. De acuerdo con lo que señalan múltiples testimonios, fue una alta autoridad pública de El Estor quien organizó el grupo y pagó a sus integrantes por los desafueros cometidos en las aldeas contra los “enemigos de los finqueros”, proviniendo la financiación de un importante propietario agrícola. El grupo, irregular, tuvo relación con los comisionados militares de la región y, según múltiples declarantes, fue aquella alta autoridad de El Estor la que actuó como intermediaria, a efectos de información, entre el grupo y los mandos del Ejército, aunque también se produjeron rivalidades mutuas. La asociación clandestina asesinó a varias personas, incluyendo víctimas que no tenían vinculación alguna con grupos insurgentes.
En diciembre de 1978 el líder del grupo del EGP, Ramón, fue capturado por soldados del destacamento militar de El Estor y trasladado a la zona militar de Puerto Barrios.
Al cabo de dos años regresó a El Estor; pero esta vez como oficial de la G2 del Ejército de Guatemala.
A mediados de septiembre de 1981, Ramón, luciendo uniforme militar, formó parte del grupo de soldados que llegó a la aldea. Esta visita anticipó los hechos que se narran a continuación. “Vino el Ejército, subieron la bandera de Guatemala al lado de la escuela. El teniente vino a hablar y con él anduvo el jefe de los comisionados militares de una aldea vecina, quien nos dijo que ‘hay 5 espinas entre ustedes, luego llegarán a saber quiénes son’. Nos dieron órdenes de subir y bajar la bandera. Lo hicimos por casi un mes”.

II. LOS HECHOS
Al atardecer del 28 de septiembre de 1981 un oficial del Ejército, acompañado de cuatro soldados y un comisionado militar, se reunieron con cerca de treinta civiles en una casa de la finca El Murciélago, para intercambiar informaciones sobre la operación que se realizaría al día siguiente. El encuentro se prolongó hasta la madrugada.
El 29 de septiembre de 1981 a las siete de la mañana, más de treinta civiles, la mayoría de Nueva Esperanza, entre los cuales se contaban varios conocidos “informantes” de la Inteligencia militar, acompañados de algunos comisionados militares y de un pequeño grupo de soldados y oficiales del Ejército, se apostaron en los alrededores de La Llorona. Luego, entraron en la aldea. Los civiles y los comisionados ingresaron a doce casas y, de cada una de ellas, fueron sacando a los hombres. “Los mataron a todos con plomo. Cada uno en frente de su casa. No tenían tiempo para defenderse”. Los que intentaron huir también fueron muertos. A las mujeres que trataban de proteger a sus esposos las arrojaban al suelo y allí les pegaban.
Uno de los hombres, al que acribillaron mientras huía, simuló estar muerto. Fue el único sobreviviente entre los varones que habitaban esas doce casas.
Mientras los comisionados militares y los civiles ejecutaban a los hombres, los soldados sustraían desde las casas las pertenencias de las víctimas.
En menos de media hora, los autores del asalto salieron de la aldea. Los cuerpos de las víctimas, catorce en total, quedaron frente a las casas.
Las mujeres, pese a haber sido amenazadas de muerte en caso de contar lo sucedido, corrieron hasta la aldea más cercana, el Bongo, para pedir auxilio. Después de unas horas, llegaron con personas que las ayudaron a sepultar los cadáveres. Días más tarde, las viudas, con sus casi 60 niños huérfanos de padre fueron acogidas por la parroquia de El Estor, donde les proporcionaron habitación y alimentos por varios días, hasta que regresaron los soldados y las obligaron a volver a su aldea.
De regreso a La Llorona, las mujeres continuaron siendo víctimas de abusos cometidos por los comisionados militares de la vecina aldea El Bongo. Varias fuentes señalan que las golpeaban, al tiempo de acusarlas de ser esposas de comunistas y guerrilleros.
A la vez, dos viudas de sendos ejecutados el 29 de septiembre establecieron relaciones íntimas con los comisionados militares de El Bongo. “Ellas atendieron bien a los hombres, no sabemos si fue por miedo o qué”. Más tarde, una de estas mujeres contrajo matrimonio con uno de los comisionados. Esta situación originó divisiones que aún persisten en la comunidad.
Después de la masacre, los huérfanos, de modo particular los varones mayores de doce años, fueron también víctimas de abusos físicos por los comisionados de El Bongo y Nueva Esperanza. Señala una fuente que, en una ocasión, el jefe de los comisionados de una de las aldeas se apoderó de un huérfano y “le llevó y le amarró en una hormiguera. Dijo que era ladrón como su papá”.
Por otra parte, en esos mismos días, comisionados de Nueva Esperanza, cuya población pertenecía en su mayoría a la Iglesia Evangélica “Príncipe de Paz”, ingresaron al templo católico de La Llorona y, luego de destruir uno de los relicarios, se apropiaron de algunos objetos de especial significación religiosa, como crucifijos. Acto seguido, calificando a los católicos de comunistas, exhortaron a la gente a abandonar su religión e ingresar a la nueva iglesia, a cuyo culto sería destinado el templo. Sin embargo, desde ese día ningún miembro de la aldea La Llorona volvió entrar en aquel recinto, hasta un mes después, cuando recobró su condición de templo católico.
La actividad económica y social se trastocó en la aldea. Las viudas tuvieron que asumir los trabajos que realizaban sus esposos. Debido a su falta de conocimiento en el cultivo de la tierra, cosecharon muy poco maíz y frijol. “A veces no comían, cuando se terminó tenían que comprar su maíz; de la milpa sacaban muy poco porque no lo hicieron bien … hubo enfermedades, especialmente entre los niños y los ancianos, no había comida ni ropa. El maestro de la aldea salió, en parte por miedo, pero tampoco valió la pena que se quedara porque los jóvenes tenían que trabajar. Tampoco podían gastar dinero en útiles. La aldea no tuvo maestro en los siguientes cuatro años”.
Los hechos generaron, finalmente, la desintegración de la comunidad. Algunas mujeres de la aldea sostienen, hasta el día de hoy, que sus esposos fueron asesinados por culpa de otros tres que estaban vinculados con la guerrilla y estaban involucrados en el conflicto de tierras. Las esposas de estos últimos “quedaron manchadas por ser las viudas de los hombres que trajeron esta tristeza a la aldea. Todavía existe este odio entre nosotras. Siempre dicen que somos mujeres de guerrilleros”.
Según algunos declarantes, el finquero con quien los aldeanos disputaban la tierra, aprovechó la situación para apropiarse de otras doce manzanas de terreno. Las mujeres, según indican las fuentes, tuvieron temor de denunciar el hecho a las autoridades.
El temor persiste hasta hoy.

III. CONCLUSIONES
La CEH llegó a la convicción de que, en los hechos investigados, pobladores inermes de la aldea La Llorona fueron ejecutados por civiles y por comisionados militares. La participación de estos últimos elementos, colaboradores institucionales del Ejército de Guatemala, así como la presencia, aquiescencia y protección que los soldados prestaron a los autores de las ejecuciones, permite concluir que los hechos constituyeron una violación del derecho a la vida.
Del mismo modo, la CEH llegó a la convicción de que mujeres y huérfanos de esa finca sufrieron violaciones de su derecho a la integridad física y moral, cometidas por los mismos civiles y colaboradores del Ejército, bajo la tolerancia de los responsables de esta institución del Estado.
La CEH considera que este caso es ilustrativo de la influencia que ejercieron conflictos no resueltos sobre tenencia de la tierra, tanto en la estrategia de penetración de la guerrilla en población civil ajena al enfrentamiento armado, cuanto en la utilización del aparato del Estado contra campesinos pobres y en beneficio de propietarios de fincas agrícolas. A la vez, ilustra la estrecha vinculación que, a través de comisionados militares y otros colaboradores del Ejército, se estableció entre esta institución y aquellos propietarios.
El caso ilustra, también, los efectos negativos que el inevitable involucramiento de la población civil en el enfrentamiento armado interno acarreó para la convivencia social, incluso entre las propias víctimas.
Finalmente, los hechos revelan el carácter instrumental que, para los objetivos de la lucha contrainsurgente, revistió la aparición de algunas agrupaciones religiosas que se levantaron como alternativa a la labor pastoral de la Iglesia Católica en el campo.

LISTADO DE LAS VÍCTIMAS

Ejecución arbitraria
Agustín Tiul Tiul
David Mucu Chiquin
Domingo Chub Choc
Domingo Ico Caal
Francisco Coc
Hermelindo Pop Asiq
Manuel Chub Tiul
Manuel Ico Caal
Mateo Ico Caal
Ricardo Tzuy
Santiago Chub Sub
Santiago Coc Chub
Valeriano Mucu
Víctor Ical

Ejecución arbitraria
Agustín Tiul Tiul
David Mucu Chiquin
Domingo Chub Choc
Domingo Ico Caal
Francisco Coc
Hermelindo Pop Asiq
Manuel Chub Tiul
Manuel Ico Caal
Mateo Ico Caal
Ricardo Tzuy
Santiago Chub Sub
Santiago Coc Chub
Valeriano Mucu
Víctor Ical

Víctimas colectivas/desconocidas: 7

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.

jueves, 27 de septiembre de 2012

El 27 de septiembre en nuestra memoria


27 de septiembre, 1975:
El 27 de septiembre de 1975, en Santa Catarina, municipio de Salamá, departamento de Baja Verapaz, miembros del Ejército de Guatemala capturaron a dos personas de la comunidad, quienes eran padre e hijo. A la familia de las víctimas la obligaron a abandonar la comunidad, dejando casa, animales domésticos y enseres. Las víctimas no volvieron a aparecer.

27 de septiembre, 1980:
1.            El 27 de septiembre de 1980, día de mercado en la cabecera municipal de Uspantán, departamento de Quiché, miembros de la Judicial capturaron a Flabiano Máximo Aguaré Damián, quien era comerciante y ese día regresaba de Cobán, Alta Verapaz. Posteriormente, fue trasladado al destacamento militar del lugar, donde fue capturado por los soldados. No se volvió a saber de su paradero.
2.            El 27 de septiembre de 1980, día de mercado en la cabecera municipal de Uspantán, departamento de Quiché, miembros de la Judicial capturaron a Flabiano Máximo Aguaré Damián, quien era comerciante y ese día regresaba de Cobán, Alta Verapaz. Posteriormente, fue trasladado al destacamento militar del lugar, donde fue capturado por los soldados. No se volvió a saber de su paradero.

27 de septiembre, 1981:
El 27 de septiembre de 1981, en la ciudad de Quetzaltenango, miembros del Ejército de Guatemala y de la G-2 capturaron en un retén a una militante de la JPT. Posteriormente, la víctima fue conducida al cuartel Lizandro Barillas, Zona Militar de Quetzaltenango, donde fue torturada y violada. Finalmente, el 5 de octubre del mismo año, la víctima logró escapar.

27 de septiembre, 1982:
1.            El 27 de septiembre de 1982, en la aldea El Progreso, municipio de San Miguel Chicaj, departamento de Baja Verapaz, comisionados militares y miembros del Ejército de Guatemala capturaron en sus casas a Gregorio Xitumul, Paulo García, Sabino Pérez, Avelino Rojas, Anastasio Sis y a dos personas no identificadas. Posteriormente, los soldados ejecutaron a las víctimas ahorcándolas.
2.            El 27 de septiembre de 1982, en el camino que une la aldea El Molino con la cabecera municipal de San Martín Jilotepeque, departamento de Chimaltenango, comisionados militares capturaron a Domingo Hernández Balán. A raíz de ese hecho, nadie volvió a saber más de la víctima. En marzo de 1997, durante una exhumación realizada en el cementerio de El Tablón, San Martín Jilotepeque, aparecieron sus restos.
3.            El 27 de septiembre de 1982, en la aldea Huixoc, municipio de San Pedro Necta, departamento de Huehuetenango, miembros del Ejército capturaron a Gaspar Morales Mejía, a quien después de robarle el dinero que llevaba consigo, lo introdujeron en la casa de su mamá, la cual quemaron con él dentro. La víctima era originaria de la cabecera municipal de San Pedro Necta y ese día había ido a la aldea para colocar una bandera blanca en la casa de su madre, ya que era requisito exigido por el Ejército para no quemar las viviendas, porque según ellos, los que no la colocaban eran colaboradores de la guerrilla.

27 de septiembre, 1983:
El 27 de septiembre de 1983, en la aldea Ichomchaj, municipio de Santa Lucía La Reforma, departamento de Totonicapán, miembros del Ejército de Guatemala, capturaron a Pedro Ixcotoyac Uz, quien había sido comisionado hasta el año 1975 y posteriormente fue colaborador del EGP. Desde entonces nadie ha vuelto a saber más de la víctima.

27 de septiembre, 1989:
El 27 de septiembre de 1989, en la finca Callelito, departamento de Chimaltenango, miembros del Ejército de Guatemala y comisionados militares capturaron a Juan Gabriel y a María Gabriel Juárez, quienes eran miembros de CONAVIGUA y desde entonces no se ha vuelto a saber de ellos. Ese día, Dominga Juárez fue golpeada y torturada. Todas las víctimas provenían del caserío de Pajopop, Joyabaj, Quiché, y se habían desplazado por causa de la violencia.

27 de septiembre, 1993:
El 27 de septiembre de 1993, en el municipio de Santa Lucía Cotzumalguapa, departamento de Escuintla, presuntos miembros de la Policía Judicial, que se trasladaban en un vehículo tipo panel, de color blanco, capturaron a Isidro Loch Porón, quien era miembro del CUC. El mismo día en el parcelamiento Velasquito, Santa Lucía, hombres de iguales características capturaron a María Victoria Loch Velásquez, quien era maestra de Educación Primaría y miembro del CUC. A raíz de esos hechos, nadie volvió a saber más del paradero de las víctimas.

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

El 26 de septiembre en nuestra memoria


26 de septiembre, 1972:
El 26 de septiembre de 1972, en la zona 7 de la ciudad de Guatemala, miembros de la Policía Nacional, capturaron a 8 personas de las cuales 7 pertenecían a la Comisión Política del PGT, la que no pertenecía a dicha organización fue liberada. Hasta la fecha se desconoce el paradero de las víctimas. Víctimas identificadas: Bernardo Alvarado Monzon, Raul Alvarado, Hugo Barrios Klee, Miguel Angel Hernandez, Fantina María Pola Rodríguez Padilla de de León, Mario Silva Jonama, Carlos René Valle Valle, Natividad Franco.

26 de septiembre, 1980:
El 26 de septiembre de 1980, en la aldea La Estancia, municipio de Santa Cruz del Quiché, departamento del Quiché, miembros del Ejército de Guatemala, acompañados de civiles con el rostro pintado de negro, ejecutaron a María Vicenta Velázquez Ventura, quien era integrante del CUC. Los miembros del CUC era permanentemente vigilados y prácticamente era imposible movilizarse en Santa Cruz del Quiché, por lo que muchos migraron hacia la capital. 

26 de septiembre, 1981:
1.            Entre el 12 y el 26 de septiembre de 1981, fueron capturados públicamente seis jóvenes del municipio de San Vicente Pacaya, Escuintla, por presuntos miembros de un escuadrón de la muerte, vestidos de civil, que se conducían en picops. Estos jóvenes, quienes no tenían ningún vínculo entre sí, aparecieron ejecutados el 29 de septiembre en horas de la madrugada, tendidos por el camino junto con dos cadáveres más que nadie pudo identificar. Los cadáveres presentaban señales de haber sido brutalemente torturados: sin uñas, con las plantas de los pies quemadas y el estómago como si les hubieran hecho comer papel, los dedos quebrados. A raíz de estas ejecuciones, la población quedó fuertemente afectada por lo que tanto las familias de las víctimas como otros habitantes, que se sintieron amenazados ante la monstruosidad de las torturas y la ejecución huyeron del lugar. Víctimas identificadas: Rafael Anavisco, Francisco Sarvelio Azurdia Aceituno, Vicente Catalino Carballo Aceituno, Francisco Contreras Morales, Miguel Antonio Gonzalez, Vicente Catalino Veliz Toledo. Víctimas sin identificar: 3.
2.            El 26 de septiembre de 1981, en la aldea de La Estancia, municipio de Cantel, departamento de Quetzaltenango, hombres armados capturaron a Domingo Sacalxot Sam. Desde ese momento no se ha vuelto a saber más de la víctima. 
3.            El 26 de septiembre de 1981, en Santa María Dolores, municipio de Ixcán, departamento de Quiché, miembros del Ejército de Guatemala, asignados al destacamento de Playa Grande, capturaron a seis hombres, cuyos nombres aparecían en un listado, los llevaron a la escuela y los torturaron durante toda la noche. Una de las víctimas logró escapar. Al día siguiente, los encapucharon y los trasladaron al monte, donde torturaron y ejecutaron a cuatro de los cap- turados. Otra víctima consiguió escapar. Posteriormente los soldados quemaron la casa de una de las víctimas. Víctimas identificadas: Santos Valerio Leon Pacheco, Jorge Lopez Velasquez, Jose Pop Ical, Felipe Yat Tiul, Rosendo Che, Eulalio Chum Caal.

26 de septiembre, 1982:
1.            El 26 de septiembre de 1982, en el parcelamiento San José Las Rosas del municipio de San Martín Jilotepeque, departamento de Chimaltenango, miembros del Ejército de Guatemala, acompañados de patrulleros de autodefensa civil, bombardearon y acribillaron aproximadamente a cien pobladores del parcelamiento. Josefina Cumatzil y su hijo José Gregorio Cun Cumatzil fueron ejecutados a balazos, a otra hija, María Ana Cun Cumatzil le cortaron la cabeza con un machete. El esposo de Josefina Cumatzil, Anselmo Cun Aquin, y sus otros dos hijos lograron escapar. 
2.            El 26 de septiembre de 1982, en el caserío Cajuil de la aldea Rancho Viejo, municipio de San Antonio Huista, departamento de Huehuetenango, hombres armados hirieron con arma de fuego a Teodoro López Solís, quien murió a los cuatro días como consecuencia de las heridas. Durante el ataque, la víctima hirió con machete a uno de sus victimarios. Se sospecha que los responsables eran miembros de la guerrilla. 

26 de septiembre, 1984:
El 26 de septiembre de 1984, en la aldea Las Pacayas, municipio de San Cristóbal Verapaz, departamento de Alta Verapaz, miembros del EGP ejecutaron a Vicente Gue, Arnulfo Huc Caal y a Mariano Caal, pertenecientes todos a la misma familia. Los hechores reivindicaron la violación. 

26 de septiembre, 1990:
26 de septiembre de 1990. Representantes de varias denominaciones religiosas guatemaltecas, entre ellas las iglesias Católica, Judía y Evangélica, se reunieron con representantes de la URNG en Quito, Ecuador. En comunicado conjunto llamaron la atención a las agudas diferencias socioeconómicas en Guatemala, así como a la necesidad del pleno respeto de los derechos humanos. 

26 de septiembre, 1993:
El 26 de septiembre de 1993, en el caserío El Chorro de la aldea Xemal, municipio de Colotenango, departamento de Huehuetenango, miembros de las PAC ejecutaron a machetazos a los ancianos Andrés Godínez y María Pérez Sánchez, quienes eran esposos y militantes del EGP. Se cree que la ejecución de estas dos personas se llevó a cabo como una venganza por una acción del EGP.     

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.

martes, 25 de septiembre de 2012

El 25 de septiembre en nuestra memoria


25 de septiembre, 1967:
El 25 de septiembre de 1967, en la aldea Piedra de Amolar, municipio de Olopa, departamento de Chiquimula, comisionados militares de la zona ejecutaron a Cecilio Pérez. 

25 de septiembre, 1980:
El 25 de septiembre de 1980, en la aldea de Santa María Dolores, municipio de Ixcán, departamento de Quiché, miembros del Ejército de Guatemala capturaron a Ana Pou Coc, José Pop Pop y Cleto Yat Cu. Más tarde, las víctimas fueron ejecutadas por los soldados frente a la población. 

25 de septiembre, 1981:
1.            El 25 de septiembre de 1981, en el caserío Canaquil, aldea Tzalbal, municipio de Nebaj, departamento de Quiché, miembros del Ejército de Guatemala capturaron a Juan de Paz. No se volvió a saber de él. 
2.            El 25 de septiembre de 1981, miembros del Ejército de Guatemala destruyeron el caserío Laguna Seca, municipio de Chiché, departamento de Quiché. Ese día, robaron y mataron a los animales domésticos, quemaron las viviendas y las cosechas y, ante la presencia de los soldados, los pobladores huyeron a los barrancos y montañas cercanas. En una de las casas se quedó durmiendo Tomás Mejía Pérez, de cuatro años de edad, de quien nunca se volvió a saber su paradero. 
3.            El 25 de septiembre de 1981, en el caserío San Pablo, aldea Santa María, municipio de San Pedro Jocopilas, departamento de Quiché, apareció el cadáver de Martín Xaan Tamup, quien había sido ejecutado con arma de fuego. La víctima recién había salido de su casa y se dirigía al mercado de San Pedro Jocopilas. 
4.            El 25 de septiembre de 1981, en el caserío Laguna Seca Segundo Centro, municipio de Chiché, departamento de Quiché, desapareció el niño Manuel Tol Chitic cuando toda su familia tuvo que salir a refugiarse en un barranco durante cuatro días a causa de la presencia de miembros del Ejército de Guatemala. 

25 de septiembre, 1982:
1.            El 25 de septiembre de 1982, en un lugar no determinado, fuerzas de seguridad del Estado capturaron a la militante del ORPA, Ileana del Rosario Solares Castillo. La víctima fue vista en la cárcel de la antigua Escuela Politécnica. Desde entonces, se desconoce el paradero de la víctima. 
2.            El 25 de septiembre de 1982, en el caserío Chipaj, aldea El Pinal, municipio de Uspantán, departamento de Quiché, miembros de las PAC local capturaron a Diego Pacheco Tum de 65 años de edad, a quien torturaron durante veinte días. Finalmente, fue ejecutado a golpes y tiraron su cadáver a un barranco cercano. 

25 de septiembre, 1983:
1.            El 25 de septiembre de 1983, en la cabecera municipal de Barillas, departamento de Huehuetenango, Juan Ramos fue a la municipalidad para realizar una gestión y desde entonces, nadie volvió a saber más de su paradero. 
2.            El 25 de septiembre 1983, en las montañas que rodean la aldea Sumal, municipio de Nebaj, departamento de Quiché, miembros del Ejército de Guatemala capturaron a Andrés Bernal y a su hijo Jacinto Bernal Chávez y los condujeron a Xecampanabitz, Nebaj. Jacinto Bernal Chávez logró escapar, pero su padre fue ejecutado. 
3.            El 25 de septiembre de 1983, en Xesiquel, aldea Choacorral, municipio Santa María Chiquimula, departamento de Totonicapán, hombres armados con el rostro cubierto dispararon y mataron a Manuel Mus Pú I, quien iba acompañado de su esposa, la cual pudo huir.   

Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.