jueves, 1 de marzo de 2012

Marzo de 1981: Masacre de niños del cantón Laguna Seca I, Quiché


Caso ilustrativo No. 38
Masacre de niños del cantón Laguna Seca I, Quiché
“La muerte es más dolorosa cuando los papás no pueden ver el cuerpo de sus hijos. El dolor que causó el Ejército no se deja decir en palabras. Nos sentimos enfermos, tristes, pobres y abandonados”.

I. ANTECEDENTES
El municipio de Chiché, donde se encuentra el cantón Laguna Seca I, se ubica en el departamento de Quiché, a unos a diez kilómetros al sudeste de la cabecera departamental. El cantón es habitado en exclusiva por población maya k´iche´. Desde hace muchos años, los problemas fundamen tales de esta región eran la tenencia y el acceso a la tierra. Esto determinó que la población se organizara en las Ligas Campesinas y en 1978, en el Comité de Unidad Campesina (CUC), que logró aglutinar a los habitan tes de las áreas rurales. También, Acción Católica realizaba actividad en esta zona.
Al mismo tiempo, en esa década, el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) inició su campaña de concienciación e intentó penetrar en la zona. El mensaje que hizo circular se refería a la insuficiencia de la lucha política y la necesidad de pasar a la lucha armada. Recorriendo las comunidades la guerrilla logró incorporar a algunos jóvenes en sus filas, además de conseguir apoyo logístico en ciertos lugares.

II. LOS HECHOS
En marzo de 1981 la guerrilla atacó a soldados provenientes de Santa Cruz del Quiché en Chinique, municipio cercano a Chiché. Acto seguido los insurgentes se retiran, tomando el camino que conduce al cantón Tululché. Los militares los persiguen pero, en vez de atacar a los rebeldes, arremeten contra la primera comunidad que encuentran a su paso, el cantón Laguna Seca I.
Los soldados llegan acompañados por miembros de las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) de Chiché y de Chinique. Un vecino denuncia ante el Ministerio Público de Quiché: “…En el año de mil novecientos ochenta y uno llegaron (sic) los soldados del Ejército y los señores patrulleros de la comunidad de Chiché”.
Al momento de llegar las tropas, la comunidad estaba sufriendo una epidemia de sarampión, por lo que buena parte de los niños se encontraban enfermos en sus camas.
Al notar la presencia del Ejército los pobladores intentaron huir hacia los barrancos. Sin embargo, varios de los niños enfermos fueron dejados en las casas, suponiendo que los soldados no les harían daño. Algunos adultos también permanecieron junto a los niños.
Los testimonios afirman que los militares y patrulleros operaron con alevosía: “Es decir, entraron desde la mañana, primero desayunaron; para ello matan coches y gallinas y los cocen. Luego, cuando están bien alimentados, empiezan a matar a la gente”.
Algunos de los niños y sus acompañantes fueron degollados por los soldados y patrulleros. Los cuerpos de otros fueron encontrados fuera de los hogares y presentando varios impactos de bala. A dos niñas, de ocho y dos años, “los soldados les han colocado lazos al cuello, y las dejaron ahorcadas dentro de la casa”.
Cuando el Ejército se retiró rumbo a Tululché, dejaba en el lugar numerosas víctimas y muchas casas quemadas.
Los habitantes de Laguna Seca I permanecieron escondidos entre montañas y barrancos durante toda la noche. Al día siguiente, cuando los soldados y los patrulleros ya se habían retirado, los adultos regresaron a sus casas con la esperanza de encontrar con vida a los niños y a quienes se quedaron a su cuidado. Sin embargo, “cuando regresamos de los matorrales donde nos escondimos, encontramos los cadáveres de nuestros familiares y vecinos”.
Los cuerpos de las víctimas fueron enterrados por sus parientes en distintos lugares, algunos cerca de sus hogares y otros en distintos sitios de la montaña. “…lo hicimos de esta manera por temor a los militares, ya que podían volver”. Además, porque el cementerio estaba ubicado en la cabecera municipal de Chiché, lejos de la comunidad.
La CEH pudo identificar a 42 víctimas, muchas de ellas niñas y niños enfermos; 35 fueron ejecutadas, tres torturadas y dos desaparecidas.

III. DESPUÉS DE LOS HECHOS
Muchos de los padres de familia que perdieron a sus hijos en aquella masacre conservan aún hoy el sentimiento de culpa por haber dejado a los mismos a merced de los agresores. Algunos han quedado trastornados, hasta perder el sentido de la realidad.
El 20 de marzo de 1997 algunos familiares de las víctimas, asesorados por la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (CONAVIGUA), presentaron denuncia penal ante el fiscal distrital del Ministerio Público de Quiché, pidiendo que se investigaran los hechos y se ordenase la exhumación de las víctimas. Además, solicitaron que fuera cursada una petición de informe “al Ministerio de la Defensa y demás instituciones, sobre los nombres de los oficiales, soldados y patrulleros civiles que participaron en estos hechos criminales y que en esta época estaban a cargo de las unidades militares en estos lugares”.
El 5 de mayo de 1997 el Ministerio Publico pidió la aprehensión de seis patrulleros sospechosos de haber participado en la masacre. El juez requerido resolvió que “por el momento no ha lugar a ordenar la aprehensión de los sindicados”. Pocos días después, el ministro de la Defensa Nacional contestó la solicitud de información expresando: “Me permito manifestarle que de acuerdo a los archivos correspondientes, en la fecha señalada no aparece registrado que haya operado patrulla alguna en esa área”.
Del 23 al 28 de junio de 1997 la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG) llevó a cabo la diligencia de exhumación ordenada por el Juzgado Segundo de Primera Instancia de Quiché en la causa No. 995-97. Fueron hallados restos de “8 osamentas de las 9 que habían sido denunciadas y por las que se abrió este proceso”, lográndose la identificación en todos los casos. Pese al mal estado de conservación de los cadáveres, la identificación fue posible, según los antropólogos forenses que intervinieron, debido a que “los datos antemortem, que los familiares nos presentaron por medio de las propias entrevistas, fueron bastante consistentes, tanto en la ubicación de las fosas, la forma en que habían inhumado a sus muertos, la ropa y artefactos asociados dentro de las cajas. Así mismo, el hecho que ellos narran es concordable al tomar en cuenta la edad de las víctimas”. Sin embargo fue imposible establecer la causa de la muerte de las víctimas. En definitiva, de las ocho osamentas encontradas, siete correspondían a niñas o niños, entre ellos tres hermanos.
Los familiares de otras seis víctimas de la misma masacre, en su mayoría menores de edad, están tramitando la exhumación de sus restos.

IV. CONCLUSIONES
La CEH, después de haber estudiado las evidencias reunidas, llegó a la plena convicción de que, en el mes de marzo de 1981, efectivos del Ejército de Guatemala y patrulleros de autodefensa civil de Chiché y Chinique ejecutaron arbitrariamente a 35 personas indefensas, en su mayoría niñas y niños del cantón Laguna Seca I, en violación de sus derechos humanos.
La CEH destaca la gravedad del hecho que el Ministerio de la Defensa, como lo evidenció posteriormente su respuesta al Ministerio Público, haya encubierto, desde su inicio estos gravísimos crímenes. Este encubrimiento superior y las dificultades objetivas y subjetivas del sistema de justicia para lograr la sanción de los responsables, a pesar de que algunos de ellos fueron identificados, lleva a la conclusión que, en este caso, el Estado no ha dado cumplimiento a su deber de investigar
La CEH considera que esta masacre ilustra los extremos a que condujo la aplicación de los planes contrainsurgentes del Ejército en el departamento de Quiché en los años 1981-1982, donde no se respetó siquiera la vida de los menores de edad.

LISTADO DE LAS VÍCTIMAS
Ejecución arbitraria, tortura
Tomás Saquic Ya

Ejecución arbitraria
Basilio Pol Quino
Isabela Cuin Guarcas
Catarina Canil
Josefa Xirun Mejia
Catarina Nix Nimaja
Juana,Chitic,Cuin
Diego Mejia Pol
Juana Mejia Pol
Dominga Suar Cuin
Manuel Saquic Tzoc
Estela, Pol, Quino
Manuel Tzoc Chitic
Gaspar Cuin Guarcas
María Suar
Micaela Chitic Cuin
Micaela González Suar
Micaela Xirum Tzoc
Nicolás Quino Morales
Pedro Aguilar Morales
Santos Isabel Tevalan Saquic
Sebastián Xirum Tzoc
Sebastiana Pol Morales
Tomás Aguilar Lares
Tomás Pantzoc Tzoc
Tomás Saquic Tzoc
Tomás Suar Cuin
Tomás Tevalan Ordóñez
Tomasa Chitic González
Tomasa Guarcas
Tomasa Mejía Tecun
Venancio Cuin Guarcas
Verónica Panjoj Tzoc
Verónica Pantzoc y Tzoc

Desaparición forzada
Manuel Pol Pérez
Pablo Xirum Lares
Torturas
Manuela Itzoc Itzoc
María Tecun Lorenzo
Sebastiana Ya Pol
Otras violaciones
Tomás Suar Quiej
Tomasa Ordóñez



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