martes, 18 de agosto de 2009

Washington Office on Latin America, Carta al Fiscal General de Guatemala



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  1. La lamentable condena a Raúl Figueroa Sarti

    El delito es una acción típica (establecida en ley), antijurídica (contraviene el orden legal-social) y punible (amerita sanción), debe ser realizada con dolo (voluntad total), salvo algunas excepciones especiales, Raúl Figueroa Sarti, director de la editorial guatemalteca f&g editores, lo sabe, pues ya se han publicado varias ediciones de su libro de derecho penal guatemalteco, pero esa es otra historia.

    A mi criterio la reciente sentencia que lo condena por la supuesta violación a los derechos de autor al utilizar una imagen supuestamente no autorizada del fotógrafo Mardo Escobar, es lamentable y debe ser revocada.

    En un país como Guatemala, difundir el arte no es fácil, los magistrados que decidirán la apelación deben realizar un “peritaje cultural”, es decir, tomar en cuenta nuestro panorama, nuestras circunstancias, en resumen; la realidad de cómo funciona la industria editorial en nuestro país.

    La mayoría de este tipo de “acuerdos” (aceptar utilizar una imagen como portada de un libro), son espontáneos, informales y prevalece la buena fe (casi siempre), incluso el artista que es tomado en cuenta lo considera un triunfo, ahora si lo que se desea es lucrar con la obra, definitivamente no es reprochable, pero dicho extremo se debe dejar claro desde un principio, algo que no sucedió en este caso.

    El crédito del Sr. Mardo Escobar aparece en el libro, y él mismo ha aceptado que autorizó la utilización de la imagen en discordia (una conmovedora foto de un perrito), en ese sentido, la conducta en este caso no encuadra en el tipo (es decir, no encaja en el concepto de violación al derecho del autor).

    En la más cercana de las vías legales (y todavía jalada), lo que correspondía era un proceso civil, en el cual, el Sr. Mardo Escobar debía presentar las pruebas de sus afirmaciones, y someterse al litigio respectivo, para exigir judicialmente el cumplimiento de la supuesta obligación contraída con Raúl Figueroa Sarti, quien igualmente debía ofrecer pruebas a su favor.

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